Maria Fernanda Grijalva Estupiñan

Quimica - Magister en Sistemas de Gestion Ambiental
Quito - Ecuador

Cuando nuestras vidas llegaron al fondo, un amigo me sugirió que probara con algo nuevo, algo diferente. Ya no era suficiente terapia psicológica o medicación para seguir adelante. 

Mi vida y la vida de mi hijo eran un desastre. Al iniciar mi contacto con la Conscienciología, me di cuenta que las herramientas para el cambio de mi situación estaban en mí. Era necesario conocerme, amarme, perdonarme y perdonar para cambiar. No, al otro día no encontré al amor de mi vida, ni me subieron el sueldo, ni mis jefes cambiaron, ni mi hijo se curó. Todo seguía igual pero mi vida y mi calidad de vida cambiaron y fueron suficientes para darme el impulso necesario y darme cuenta de mi verdadero poder y capacidades. No dejé de tener deudas, pero consciente, podía organizar mis gastos y seguir adelante. Mi hijo que tiene un trastorno de conducta y epilepsia no se curó, pero consciente pudo seguir con su vida y hoy, tres años después logró concluir sus estudios secundarios a tiempo y va a empezar a estudiar Psicología en agosto. Yo sigo en la misma empresa, con el mismo sueldo, pero consciente, conseguí trasladarme a un mejor lugar y estoy más feliz cada día, más cerca de casa y sirviendo a los demás. Gracias a Elenita (Consciencióloga AIC) y a su equipo nosotros pudimos por primera vez en años perdonar y ser perdonados por nuestras familias y ser una familia, ahora, todos conscientes, sin culpas, nos apoyamos y sabemos nuestros límites. La felicidad de ser y de vivir en consciencia hace que estemos saludables y productivos. GRACIAS.

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